De chico era seguidor de varias series animadas. Transformers, G.i. Joe, Mask, Thundercats, Silver Hawks, Gobots, Ninja Turtles y un largo etcétera. Crecía viéndolas y dibujándolas. Copiaba personajes a medida que veía el capítulo a la mayor velocidad posible. No disponía de tantas fuentes de referencia como podría tener ahora para ver a los personajes. Solo quedaba ser veloz.
Una de las series que más me gustaba era Masters of the Universe (He-Man y los Amos del Universo). Yo creo que lo que más me llamó la atención eran los personajes, no por lo que decían o sus trasfondos (que no se conocían) si no lisa y llanamente por su aspecto. Eran personajes de lo más variados. No tenían un uniforme común y transcurrir en otro planeta podían ser de razas inimaginables. Ahí tenemos a Trap Jaw (con su mandíbula de acero, literalmente, que nadie sabe como perdió), triclops (posee un visor con tres ojos diferentes que elige según la ocasión), ram-man (hombre con armadura y en lugar de piernas unos resortes), y así podría continuar horas.
Hace poco tuve la oportunidad de regresar al hogar de nacimiento. Mar del Plata. Ahi me reencontré con la familia y con los recuerdos. Entre estos recuerdos las tardes de mi infancia jugando con los figuras articuladas de Masters of the Universe. Decidí rescatar de aquella caja del desván a sus dos elementos más representantes: He-man y Skeletor (el bien y el mal), con sus respectivas monturas.
Me los traje a Barcelona para que custodiaran mis estanterías frikis y de vez en cuando hablemos de aquellas tardes de juegos y aventuras.
Esta ilustración homenajea al menos homenajeado: Skeletor. Relegado a ser el villano de la función, no siempre es el más querido. Desde el punto de vista del ilustrador, digo que es más interesante de dibujar que He-Man, y más entretenido. Esta vez no hizo falta mirar la televisión para dibujarlo, simplemente ahí estaba: sentado en la estantería adoptando su mejor postura.
miércoles, julio 23, 2014
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