La película ofrece sus altibajos, aún así me quedó grabado en la cabeza un momento en el que, como si de una religión se tratase, el personaje principal habla de un "Dios del tanque". Y a este lo imagina como un soldado más, con su traje de piloto sentado en un trono de tanques destruidos en combate.
De inmediato tuve la necesidad de dibujarlo, no me pude resistir.
Me llevó bastante tiempo. Primero me documenté con tanques reales de la Segunda Guerra Mundial, en especial con fotografías en las que salieran destruídos. También el uniforme corresponde al común de los pilotos de tanques y, como pequeño homenaje, el rostro está basado en el personaje principal de la película.
Por último tengo que decir que limité a conciencia la gama de colores y eso me costó bastante ya que tengo tendencia a jugar con la paleta completa
